Maestros

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jueves, 8 de noviembre de 2012

El humor de Alberto Breccia


El uruguayo Alberto Breccia fue - y sigue siendo -  un dibujante enormemente admirado. Se lo recuerda, entre tantos trabajos, por ilustrar los argumentos de Héctor Germán Oesterheld (Ernie Pike, Sherlock Time y Mort Cinder son verdaderas obras maestras del comic mundial), Carlos Trillo (Un tal Daneri) y de Juan Sasturain (Perramus, ganadora del premio Amnesty Internacional).
Sin embargo, Breccia le brindó un espacio al humor gráfico en las décadas del 40 (antes de desarrollar su particular estilo) y del 50. Dos de los ejemplos correspondientes a estas características son las historietas Mariquita Terremoto (donde el guión también estaba a su cargo) y Pancho López (textos de Lépido Frías, seudónimo de Abel Santa Cruz).

La primera se publicó en la revista Espinaca a partir de 1941. Recordemos las palabras de Judith Gociol y Diego Rosemberg:
"Mariquita vive en una casa humilde con su tío Don Nicola (...), está enamorada del Cebita, un típico canchero de barrio (...). Cada vez que ella lo ve, unos corazoncitos sobrevuelan su cabeza (...). Por momentos, Mariquita parece tener la imaginación angelical de las criaturas (...), pero al mismo tiempo, sus acciones la acercan más al infierno que al cielo: es capaz de apedrear a un policía o de agarrarse a trompadas hasta con el Bisagra, el matón del barrio (...). La niña tiene aires de suficiencia y, a veces, busca complicidad con el lector a través de recursos gráficos. como una guiñada de ojo (...) Y, como no podía ser de otra manera, a Mariquita le va mal en la escuela..." (1)
Traviesa como pocas, Mariquita  forma parte - junto a Cachirula, Meneca, María Luz, Mafalda, Susanita, Libertad, Flo, Socorro y Enriqueta -  de ese grupo de nenas tan queribles que merecen el recuerdo permanente.

Espinaca número 27, 23 de octubre de 1941

Pancho López se dió a conocer a sus lectores el 9 de septiembre de 1957, formando parte de una revista que llevaba su nombre y que sumó pocos números. Volvamos a los autores antes mencionados:
(Se trate de)" un charro-niño que, sin embargo, fuma habanos, toma cerveza y anda armado. Montado en su caballo Chihuahua, usa sombrero mexicano y trata a otros de "manito" porque, a diferencia de los demás westerns, no transcurre en el Oeste norteamericano. Todavía va a la escuela y tiene a Pachacha, su amiga preferida, 'Es chiquito pero matón', reconocen todos los que dan cuenta de sus méritos para salvar al pueblo de Chapango del Caporal Herminio, 'el prepotente dueño de hombres y haciendas'..." (2)
Si bien nos encontramos ante un ejemplo de humor sencillo (donde Pancho suele mostrar su inteligencia), el mismo pone de manifiesto la capacidad de Breccia para encarar distintas posibilidades en años en los que ya brillaba en la historieta para adultos.




Pancho López número 15, 17 de diciembre de 1957



(1) y (2): Gociol, Judith y Rosemberg, Diego: La Historieta Argentina - Una historia (De la Flor, 2000)